1/19/2007

Helado de Chirimoya

Mi hijo definitivamente me encanta. Me hace reír con sus frases. Mi vecina dice que Mafalda le queda chica. Yo creo lo mismo, pero es mi orgullo maternal el que me hace pensar eso.

Ayer me impresionaron dos cosas:

1. Nos fuimos en micro después de que lo pasé a buscar a la llegada de su jardín. Quiso un helado y le prometí que se lo compraría arriba de la micro. Apenas subió un heladero, Martín de cuatro años lo llamó. Como no acostumbran a obedecer los llamados de los pequeños, porque tal vez piensan equivocadamente que no tienen poder sobre las compras en el hogar, tuve que hacerle un gesto para que se acercara y escuchar la petición de mi hijo. Martín, le pidió su helado, de chirimoya.
- Claro que tengo - dijo el heladero
- pero es una chirimoya sonriente? - preugntó Martín.
- Es alegre- y le pasó el helado
No tan conforme con la respuesta, MArtín insitió bien fuerte porque ya se hbaía levantado el heladero:
- Pero, señor, esta chirimoya, ¿está triste o feliz?
Y todos nos reímos.
A él nunca le parece tan gracioso que se rían de él, así que me preguntó y le dije que me había parecido una pregunta muy simpática preguntar por el estadod e ánimo de la chirimoya antes de comérsela.
Gran cosa.

2. La otra fue en la casa, para que comiera le dí tantas opciones y a todas me decía que no, finalmente le dije, pero decídete, Martín y me respondió algo sumamente inteligente:
- Mamá, es que no sé elegir.
Tomé la peor decisión paraque viera las diferencias,así que rápidamente, me dio su parecer.

Tráiganme un babero por favor!