El millón de amigos
En facebook, Soledad -una excompañera de universidad- comenzó su campaña por su artículo de 365 palabras para describir el 2007, concurso "un año, un post" (voten por ella). Lo leí, y comparto con ella, los descubrimientos de ser mejor madre que hija, mejor amiga que hermana, y le agregaría, mejor trabajadora que dueña de casa y esposa. Pero más allá de eso, me quedó dando vueltas esto de que uno en realidad ya no anda de amiguis con las personas que conoce y a raiz del millón de amigos, es que me atrevo a decir que Roberto Carlos fue realmente poco sabio a querer tamaña cantidad de amigos.
Una breve reflexión, si realmente hubiese consegiudo ese sueño, y todos sus amigos distribuyeran sus días de cumpleaños en los doces meses, tendría cada día 2.740 regalos, abrazos, llamados que dar o fiestas a las que asistir. Es más, si decidiera dedicarle al menos un minuto a cada amigo para conversar, demoraría 16.660 horas, o bien, si aún cuando fuera sistemático y dedicara 10 horas al día a tan amistosa misión, sólo podría volver a hablar con su amigo después de cuatro años y medio.
Si entonces, decidiera juntar a grupos de 60 amigos para hacer más eficiente el tiempo, aún así, si quisiera repetir esto cada año, debería hacer 91 fiestas de estas diarias. La única alternativa de tener un millón de amigos podría ser juntarlos a todos en un estadio.
Mirando desde el otro lado, si tuviera un millón de amigos, no habría problema que no fuera posible de enfrentar. Siempre habría alguien con quien conversar, disfrutar, salir, acompañar, reir, llorar, o abrazar.
En todo caso, más allá de la variedad de amigos y de la cantidad, prefiero quedarme con un millón de minutos para los que tengo y sobre todo para mi familia, sobre todo, la ultra cercana.
A todos mis amigos, un abrazo, y perdonen si es que pasan cuatro años y medio sin volver a hablar.
Una breve reflexión, si realmente hubiese consegiudo ese sueño, y todos sus amigos distribuyeran sus días de cumpleaños en los doces meses, tendría cada día 2.740 regalos, abrazos, llamados que dar o fiestas a las que asistir. Es más, si decidiera dedicarle al menos un minuto a cada amigo para conversar, demoraría 16.660 horas, o bien, si aún cuando fuera sistemático y dedicara 10 horas al día a tan amistosa misión, sólo podría volver a hablar con su amigo después de cuatro años y medio.
Si entonces, decidiera juntar a grupos de 60 amigos para hacer más eficiente el tiempo, aún así, si quisiera repetir esto cada año, debería hacer 91 fiestas de estas diarias. La única alternativa de tener un millón de amigos podría ser juntarlos a todos en un estadio.
Mirando desde el otro lado, si tuviera un millón de amigos, no habría problema que no fuera posible de enfrentar. Siempre habría alguien con quien conversar, disfrutar, salir, acompañar, reir, llorar, o abrazar.
En todo caso, más allá de la variedad de amigos y de la cantidad, prefiero quedarme con un millón de minutos para los que tengo y sobre todo para mi familia, sobre todo, la ultra cercana.
A todos mis amigos, un abrazo, y perdonen si es que pasan cuatro años y medio sin volver a hablar.
Etiquetas: cotidiano
2 Comentarios:
Ha sido increíble (re)encontrar personas como tú, bueno, no después de 4 años y medio, pero igual harto tiempo, saber en qué están, compartir, gustos, ideas, causas, intereses... ah, y bueno, salvé bien en la navidad con mi cuñada !
Un abrazo y feliz año nuevo !
Hola, Pablo, leí tu comentario en tu carta al viejito pascuero, sí ha sido increible (re)encontrarse.
un abrazo, Gabriela
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